"Don Juan dejó de hablar y se detuvo. Se recostó contra un pilar del patio y empezó a hablar acerca del acecho. Dijo que tuvo orígenes muy humildes y fortuitos. Partió de una observación hecha por los nuevos videntes: que cuando los guerreros se comportan de maneras no acostumbradas, en una forma sistemática y continua, emanaciones internas que ordinariamente nunca se usan empiezan a resplandecer. Y sus puntos de encaje se mueven de una manera lenta, armoniosa, apenas notable. Estimulados por esta observación, los nuevos videntes comenzaron a practicar el control sistemático de su conducta. Llamaron a esta práctica el arte del acecho. Don Juan dijo que, aunque el término era inconveniente, el nombre resultaba apropiado, porque acechar implicaba un específico tipo de conducta con la gente, un comportamiento que podría clasificarse como clandestino o furtivo.
Armados con esta técnica, los nuevos videntes abordaron lo conocido de una manera sobria y fructífera. Mediante su práctica continua, movieron a sus puntos de encaje de una forma lenta pero constante.
-En materia de procedimientos, el acecho es uno de los dos grandes logros de los nuevos videntes -dijo-. Ellos son los que decidieron que se le debía enseñar esa técnica a un nagual de hoy en día cuando su punto de encaje se ha movido a bastante profundidad en el lado izquierdo. El motivo de esta decisión es que el nagual tiene que aprender los principios del acecho sin el estorbo del inventario humano. Después de todo, el nagual es el líder de un grupo, y para guiar a ese grupo tiene que actuar con tremenda rapidez sin tener primero que cavilar en lo que va a hacer.[...]
"Otros guerreros pueden aprender el acecho en la conciencia normal, aunque es aconsejable que lo hagan en la conciencia acrecentada, no tanto por el valor de la conciencia acrecentada, sino porque le infunde al acecho un misterio que realmente no posee; el acecho es simplemente comportamiento con la gente.
Dijo que ahora yo podía entender que el movimiento del punto de encaje era la razón por la cual los nuevos videntes le daban un valor tan alto a los pinches tiranos. Actuar con los pinches tiranos obliga a los videntes a usar los principios del acecho, y al hacerlo, los ayuda a mover sus puntos de encaje.
Le pregunté si los antiguos videntes tenían alguna noción acerca de los principios del acecho.
-Acechar pertenece exclusivamente a los nuevos videntes -dijo-. Ellos son los que tuvieron que tratar con la gente. Los otros estaban tan absortos en su sentido del poder que ni siquiera sabían que existía la gente, hasta que la gente les cayó encima y los exterminó. Pero tú ya sabes todo esto.
Me sugirió que reconociera francamente la posibilidad de un fracaso total en mi tarea de recordar, y que era enteramente dable el que jamás pudiera realinear todas las emanaciones que él me había ayudado a alinear.
-Considéralo de esta manera -dijo sonriendo-. Quizá nunca puedas recordar esta conversación, que en este momento te parece tan natural, tan de todos los días.
"Este es en verdad el misterio del estar consciente de ser. Los seres humanos están empapados en ese misterio, estamos empapados en las tinieblas, en lo inexplicable. Si nos consideramos a nosotros mismos en cualquier otra terminología, somos unos imbéciles o estamos locos. Por lo tanto, no deshonres el misterio del hombre sintiendo lástima por ti mismo o tratando de razonar ese misterio. Degrada a lo disparatado del hombre comprendiéndolo. Pero no pidas disculpas ni por una ni por otra cosa; ambas son necesarias.[...]
"Una de las de las maniobras de los acechadores es poner el misterio y los disparates frente a frente en cada uno de nosotros.
Explicó que las prácticas de acecho no son algo que uno pueda disfrutar abiertamente; son en verdad prácticas censurables, hasta ofensivas. Los nuevos videntes se dieron cuenta muy rápido que no es recomendable discutir o practicar los principios del acecho en la conciencia normal.
Le señalé una inconsistencia. El había dicho que los guerreros no pueden actuar en el mundo coherentemente, mientras se encuentran en un estado de conciencia acrecentada, y también dijo que el acecho es simplemente un especifico comportamiento con la gente. Las dos aseveraciones se contradecían una a la otra.
-Yo creía que ya te había explicado todo eso -dijo, frunciendo el ceño-. Cuando dije que no se debe enseñar el acecho en la conciencia normal, me refería únicamente a enseñárselo a un nagual, porque un nagual, en estado de conciencia acrecentada, puede comportarse tan naturalmente como cualquier persona. Así que el propósito del acecho para un nagual es doble; primero, mover el punto de encaje con la mayor constancia y el menor peligro posibles, y nada puede lograr esto tan bien como el acecho; y segundo, imprimir sus principios a un nivel tan profundo que el inventario humano es pasado por alto, como lo es también la reacción natural de desechar y menospreciar algo que puede ser ofensivo a la razón.
Le dije que dudaba sinceramente que yo pudiera menospreciar o desechar una enseñanza tan abstracta como el acecho. Se rió y dijo que yo no podía ser una excepción, que reaccionaría como todos los demás si él me contara, por ejemplo, las proezas de un maestro del acecho, como su benefactor, el nagual Julián.
-No exagero cuando digo que el nagual Julián fue el más extraordinario acechador que jamás he conocido -dijo don Juan-. Todos mis compañeros, que eran sus aprendices, ya te han contado de sus proezas como acechador. Pero yo nunca te he contado lo que me hizo a mí.
Yo quería aclararle que nadie me había contado nada acerca del nagual Julián, pero al momento en que iba a expresar mi protesta una extraña sensación de incertidumbre se apoderó de mí. Don Juan pareció saber instantáneamente lo que yo sentía. Se rió de buena gana.
-No puedes recordar, porque aún no entiendes lo que es el intento -dijo-. Necesitas una vida de impecabilidad y una gran reserva de energía, y sólo entonces, quizá, el intento dé libertad a esas memorias."[...] [El Fuego Interno]
Del Glosario de Cassiopaea:
Acecho.
"Este término es usado para varios y diferentes significados. Castaneda lo usa en referencia a las virtudes del guerrero como la habilidad de escoger el momento oportuno, y el refrenamiento. El significado de esperar la oportunidad que implica el acecho se vuelve totalmente clara en el contexto del pinche tirano.
Sin embargo, el término implica mas que las habilidades de un cazador y paciencia en relación a una situación exterior. Se puede tomar una aproximación igual o similar hacia el depredador interno. Unopuede irritar deliberadamente esta parte de uno mismo al negarse sucumbir a sus hábitos y demandas. Así, la mente del depredador se vuelve totalmente obvia al estar bajo presión."[...]